miércoles, 19 de diciembre de 2012

Vida.

Había una vez una nena chiquitita que siempre soñó con tener todo todo lo que quería, con ser la más bonita y la más inteligente. Un día la nena creció y la adolescencia le llegó, pero las mismas ideas que tuvo cuando era pequeña siguieron en su cabecita dura y ese fue el momento en el que las cosas se pusieron más difíciles. Tenía amigas, unas quedaron otras se fueron, deseaba un novio con todo su corazón, y se olvidó de lo importante que era su familia, aunque esto cambió el día en que terminó el colegio y vivió sola por un par de meses lejos de ella. Fue muy feliz a pesar de todos los problemas que pasó, no siempre tuvo lo que quiso pero se puede decir que fue exitosa, tampoco se sintió linda muchas veces aunque era lo que en todo momento quería pensar, consiguió a su queridisimo novio después de varios dolores de corazón (que claro valieron la pena), al fin consiguió estudiar lo que creía que era lo suyo y por sobre todo aprendió a valorar el calor de una familia.
Hoy la nena se encuentra con que tiene que pasar a la etapa de la adultez, palabra espantosa por supuesto. Espera con ansias ese momento en que dependa solamente de sí misma, en el que pueda expresar todas sus emociones sin llorar o sin enojarse, ese día en el que la razón deje de interesarle. También espera que llegue esa instancia en que los viejos dolores se vayan al olvido y no vuelvan nunca más, no los quiere con ella no son una buena compañía. Quizás más importante que todo eso sea el cumplir sus sueños, uno es ver feliz a sus seres queridos, a aquellos que siempre la han acompañado y que de cualquier forma siempre van a estar ahí.
Esperando y trabajando, con mucha perseverancia y con todo el amor la pequeña se convence de que puede lograrlo...